Diez ideas falsas sobre la Edad Media

Debido a mi insomnio, tipo una o dos de la mañana, me gusta ver vídeos en YouTube que hablen sobre historia o geografía, porque son temas que me atraen lo suficiente como para no aburrirme y preferir mirar al techo, pero a la vez, aunque me interesan (algunas veces más que otras), no me parecen lo suficientemente apasionantes como para no quedarme dormido eventualmente y retomarlo al otro día.

En muchas ocasiones me ha pasado que en el feed de YouTube me encuentro con vídeos tipo ‘Top 8 mitos sobre la Edad Media’ o ‘Cómo eran realmente las guerras medievales’, y medio me emociono porque pienso ‘wow, se ve muy interesante’, pero cuando entro a verlos, me decepciono horriblemente porque son voces e imágenes generadas con IA, y que lo único que hizo la persona "autora" del vídeo fue copiar y pegar de otros textos para que esa voz horrible lo lea, y ahí definitivamente es cuando prefiero mirar al techo aunque me quede despierto hasta las cuatro de la mañana.

Hace unos días estaba en la Librería Nacional buscando un regalo, y cuando fui a pagar, al lado de la caja, vi el libro del que quiero contarles hoy: ‘Diez ideas falsas sobre la Edad Media’, de Martin Aurell. En ese momento sentí como si una voz me dijera ‘comprálo, para que no tengás que ver esos vídeos horribles generados por IA’, y eso hice, sin saber nada sobre el autor ni haber buscado reseñas en Good Reads.

Como dijo el dermatólogo, yendo al grano (:p), me parece que el libro se queda corto; no desde los datos que ofrece, porque obviamente no soy nadie para desmentirlos, además de que varios de los acontecimientos, fechas, y personajes que son mencionados a lo largo del libro, son nuevos, o al menos lo son para mí, que soy solamente una persona curiosa que se acerca a estos temas ocasionalmente, y no un historiador que ha estudiado la Edad Media gran parte de su vida, como lo es Aurell. Ya hecha esa claridad, prefiero explicar por qué, aunque el libro sí me ofreció una perspectiva diferente sobre la Edad Media y estoy de acuerdo en que no es justo tenerla en un concepto tan malo, el contenido no fue suficiente como para satisfacer lo planteado desde el título, el cual pienso es una de las principales cosas que hace que los argumentos sean tan ligeros.

Cada capítulo lleva el nombre de una de las ideas falsas, y a lo largo de estos, el autor argumenta por qué esa idea está equivocada. Por ejemplo, el primero se llama ‘la Edad Media rebajaba a las mujeres’ , y sí, es verdad que habla de temas que en muchas ocasiones son obviados, pero al mismo tiempo cae en argumentos que a mí me parecen muy débiles. Parte de la conclusión de este capítulo es: “En comparación con el derecho romano, que con frecuencia reducía la condición de la mujer a la del menor, el periodo medieval supone un progreso indiscutible (P. 36)”, pero esto no me parece un argumento suficiente para afirmar que la Edad Media no rebajaba a las mujeres. En páginas anteriores, Aurell cuenta que, durante el siglo V, en Europa, hubo un cambio de sistema mucho más favorable para la mujer, pero luego escribe: “En el siglo XII, vuelta atrás. El renacimiento del derecho romano volvió a instaurar la dote , y por consiguiente, un deterioro del estatuto jurídico de la mujer” (P.28). ¿El siglo XII no hace parte también de la Edad Media? ¿No termina siendo esto contradictorio? Bueno, entiendo que para el autor hubo cierto avance por la suspensión de la dote (patrimonio que entregaba la esposa a su futuro esposo según el estatus social de este), pero no creo que esto, ni muchos de los otros argumentos que presenta, desmientan la idea que da nombre al capítulo. Otro ejemplo es cuando argumenta que durante la Edad Media existieron mujeres con poder e ilustradas, como Leonor de Aquitania, o Urraca I de León, pero tampoco creo que eso defina un común denominador, y está claro que ese no ha sido el único periodo histórico en el que han existido mujeres gobernantes. Entiendo la diferenciación que hace al principio, explicando que la Edad Media fue un periodo heterogéneo, y hablando de las divisiones entre el Alta, Plena y Baja Edad Media, pero por esto mismo, me parece difícil argumentar que todas esas ideas son completamente falsas según el título y la conclusión del libro, porque igual termina abordando temas muy generales y se basa en algunos momentos o situaciones específicas que no alcanzan a desmentir por completo algunas de las ideas.

Otro de los capítulos que especialmente me hizo reforzar esa percepción de ligereza a la hora de refutar algunas ideas, es el capítulo ‘La Edad Media rechazaba al diferente’. Al final de este, habla sobre la percepción que tenía el mundo medieval occidental sobre los musulmanes. Explica que durante mucho tiempo existió una ignorancia muy grande alrededor del islam, llegando al punto de creer que era una religión politeísta (y pagana) que adoraba a Mahoma, Abadón (ángel exterminador y dueño del Abismo), y Tervagante (un dios que los cristianos creían que era el que adoraban los musulmanes), pero que, con el tiempo, los europeos empezaron a entender mejor a los musulmanes. El autor defiende a la Edad Media explicando que “(…) hubo algunas mentes ilustradas que preconizaron una apertura hacia los musulmanes, como Pedro el Venerable (…) que encargó la traducción del Corán al latín” (P.50), y nuevamente, ¿es suficiente con que ‘algunas mentes ilustradas’ muestren apertura durante ese periodo? Además, uno de los mayores desaciertos, es que para explicar su punto utiliza un fragmento de un texto que se llama ‘Contra la secta de los sarracenos’ (nombre que utilizaban los europeos para referirse a las personas árabes/musulmanas de manera genérica), y luego pone como ejemplo de ‘tolerancia’ la novela ‘Willehalm’, un poema que habla sobre una princesa ‘sarracena’ convertida al cristianismo y que hace un llamado a la paz entre religiones. Cabe resaltar, para sorpresa de nadie, que este texto es una ficción escrita por un europeo, y que no prueba nada, y además muestra el sesgo europeísta y cristiano de Aurell, lo cual se ve también en otros capítulos como el siete o el diez, en el que habla sobre las cruzadas y la inquisición respectivamente.

Con esto no quiero decir que el libro no valió la pena, y de hecho, quiero destacar dos capítulos que me gustaron mucho porque me parece que realmente presentan argumentos para afirmar que algunos de estos mitos no son reales y hacen parte de un imaginario exagerado. Además tienen descripciones muy bonitas sobre algunos procesos arquitectónicos y de transcripción. Estos capítulos son:

En fin… Creo que es un libro pensado para personas como yo, que de vez en cuando leen sobre esto, sobre todo impulsadas por una curiosidad espontánea. Logró atraparme y me llevó a buscar en internet conceptos y acontecimientos históricos nuevos para mí. Estoy de acuerdo en que no fue una época tan violenta, terrible y de estancamiento como muchas veces creemos, pues claramente hubo avances increíbles, pero definitivamente su mayor debilidad es el título y la forma en la que tan ligeramente, al final de cada capítulo y en la conclusión del libro, dice ‘es que todo es falso’. Aunque existan otras épocas violentas, esclavizadoras, misóginas, y opresivas, no quiere decir que la Edad Media no fuera eso también. Tal vez hubiese funcionado mucho más si el título y las conclusiones tuvieran más que ver con explicar por qué esas acusaciones no son exclusivamente del Medioevo y por qué no es cierto que fue un periodo oscuro y estancado, porque al final, aunque pueda ser una conclusión muy obvia, la Edad Media (como muchas otras épocas) termina siendo tanto esos avances artísticos, humanísticos y científicos, como un periodo en el que existieron guerras, violencia, xenofobia, entre otros acontecimientos desafortunados.

18-08-2024